miércoles, 31 de mayo de 2017

NORMA DE LAS CASAS DE IBERIA




            Bien es conocida la organización jerárquica de nuestros antepasados. Tanto si hablamos de Celtas, Celtíberos o Iberos, las diferencias no eran enormes en cuanto a la organización social. Entre Celtas y Celtíberos era costumbre elegir a su jefe, por el contrario, entre los Íberos la forma era clientelar, es decir, tanto más poderoso era alguien cuantas más personas tenía a su cargo merced al arriendo de ganado o tierras. Lo que es indiscutible es que, en nuestras sociedades, al igual que en el resto de la época, cada tribu o poblado tenía una figura de autoridad. Esta autoridad era compartida por igual entre hombres y mujeres. 


            En Culto Ibero hemos querido trasponer esas antiguas costumbres a nuestra moderna organización. La siguiente norma, conocida como Norma de las Casas de Iberia, es el texto en el que se recoge una de nuestras más antiguas tradiciones sociales, adaptada a nuestros tiempos. Se trata del reconocimiento a la primera persona que acceda al sacerdocio en su comunidad mediante el otorgamiento del título de Baitir.



NORMA DE LAS CASAS DE IBERIA



Como quiera que nuestros antepasados,

Para organizar su comunidad

Elegían entre ellos a un “primus inter pares”

Teniendo en cuenta de Iberia, sus lares,

Opida, tribu o ciudad

Con esta Norma los honramos.


Elisices, sordones y ceretanos,

airenosinos, andosinos y bergistanos,

ausetanos, indigetes y castelanos,

lacetanos, layetanos y cossetanos,

ilergetas, iacetanos y suessetanos,

sedetanos, ilercavones y edetanos,

contestanos, oretanos y bastetanos

sin olvidar al noble pueblo turdetano,



De toda tribu de los Iberos se tomará

El primer sacerdote consagrado

Con honores será nombrado

Baitir de su gente y comunidad.



Arévacos, Belos y Pelendones,

Lusones, Titos y Lobetanos,

Junto a Carpetanos y Berones,

Tribus Celtíberas, mis hermanos

Serán nombrados Baitires

En las mismas condiciones.



De los Celtas, y con honores,

Célticos, Lusitanos y Vettones,

Calaicos, Vacceos y Astures,

Cántabros, Turmódigos y Vascones,

Várdulos, Caristios y Autrigones,



Sea para ellos el buen vivir

Que esta Norma les alcance,

Y que tengan sin percance

De la misma condición su Baitir.



De los pueblos no nombrados

Confíen en su porvenir

Que jamás serán olvidados

Y justamente tendrán su Baitir.



De tan noble título y heredad

Será de nuevo grande nuestra tierra

Nuestros Dioses volverán a su lugar

Pues crecen sus hijos sin cesar

Y tanto en la paz como en la guerra

Los honraremos con tenacidad.



De Iberia todas las Grandes Casas

Su Baitir en representación tendrán,

Manteniendo vivo el Sagrado Fuego

De impíos temor y desasosiego

Pues por su honor sabrán

Conservar de nuestra fe las brasas.



Por los Dioses de Iberia, que así sea.


Por mi mano           aiTn anaBiEr