lunes, 10 de abril de 2017

Nuestros Dioses: Aerno, Dios de los Zoelas.




      Bragança fue el lugar donde confluyeron Astures y Vettones. El conjunto de los pueblos allí asentados se autodenominó Zoelas,principalmente astures como atestigua una lápida encontrada en Castro de Avelas. Ornia era el nombre primitivo del río que recorría la región de los Orniacos, tribu astur que se extendía desde estas tierras hasta el Barco de Valdeorras, teniendo por vecinos a los Cabruagénigos de Cabrera y a los Amacos de Astorga. Ornia se llamaba también a la fuente donde dicho río nace, y hubo dos ciudades de este nombre: Ornia y Orniola. Se ignora la localización de la primera, pero Orniola, diminutivo de Ornia, debió estar sobre el de Santiago Millas de Arriba, en el que aún se ven restos de muralla. Existen documentos donde se afirma que Orniola estaba más acá de Destriana, en dirección hacia Astorga. Del compuesto “Valdornia”, que quiere decir “Valle del Ornia”, derivó el actual Valduerna (Valle del Duerna). El paso de Ornia a Duerna se debe a la consagración del río al dios Aerno, en latín “deus Aerno”, de donde derivó Duerna.


     Los Zoelas tuvieron su capital en Curunda, muy cerca de la Fidionda, lugar donde en el año 27 d.e.v. se rubricó sobre bronce la Ospitio entre dos de las tribus zoelas, Desoncos y Tridiavos. Oficializaron este acuerdo Arauso, Turayo, Docio, Bodecio y Elaeso (este último hijo del Magistrado zoela alistano Pentilo).

      Los Zoelas designaron a su principal río con el nombre de su Dios, Aerno. Como dios-rio ibero, su función no se establece exclusivamente sobre las peculiaridades de este, si no que se expande a todo el entorno (protección de los poblados ribereños, agricultura, ganadería, funciones salutíferas y de fertilidad). Es decir, el Dios Aerno es uno de los dioses protectores de la comunidad en su conjunto, divina figura que aúna en su devoción a grupos diferenciados que forman parte de una región geográfica y/o cultural.

     Al igual que en el caso de otros Dioses-rio, al cruzar por encima de sus aguas o asomarnos a sus riberas, debemos nombrarlos y pedir solemnemente su protección. Toda actividad humana desarrollada bajo sus dominios tendrá su protección, especialmente aquella de carácter religioso. Predominarán en los rituales a este Dios las ofrendas agrícolas y los ritos de paso, puesto que las cristalinas aguas de los ríos de Iberia son punto de unión entre nuestro mundo y el de los Dioses ctónicos.

     Gran Dios Aerno, Padre y Protector de los Zoelas, que con tus aguas procuras pastos, buenas cosechas y bonanza a nuestras gentes, como Dignos hijos de Iberia te mostramos nuestra Devoción.

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