GA, la Madre Tierra, Diosa Fecunda y
dadora de vida. Ya sabemos que a lo largo y ancho de
nuestro
Mediterraneo ha tenido muchos nombres (Gea, Hékate, Isis, Ishtar,
etc) y diversas formas de culto. Hoy os queremos hablar de una
advocación muy particular, ya que se trata de una diosa tartesio-íbera con
gran aceptación a través del tiempo y de los pueblos que llegaron
hasta nuestras costas.
Decía Rufo Festo Avieno, poeta latino:
"Allí, frente a la ciudad hay una isla de dominio de los
Tartesos, consagrada desde antiguo a Noctiluca". Se trataba de
Málaga, ciudad mediterránea y pescadora donde las haya. Su nombre
originario era Malaka, en honor a la Diosa Malac Noctiluca, Malac, La
Luz Nocturna. Era esta una Diosa de amplia devoción entre los
tartesos, a la que veneraban con rituales propios de las divinidades
lunares. Uno de estos rituales, repetido en muchos de los antiguos
pueblos costeros de nuestra Iberia, consistía en portar la imagen de
la Diosa en procesión hasta llegar al mar e introducirla en él,
para que bendijera las aguas. Este tipo de creencia y de ritualidad
tenía tanto arraigo en el fervor popular por la Diosa que el
cristianismo no pudo eliminarlo, teniendo que conformarse con hacerlo
suyo como las procesiones y bendición de la Virgen del Carmen, que
se celebran todos los años con gran devoción en las costas
españolas.
Allí, en Malaka, existe aún la
cueva-santuario en la que se rendía culto a Noctiluca, llamada hoy
Cueva del Tesoro, en el Paseo Marítimo del Rincón de la Victoria.
Dentro de la cueva todavía perdura el betilo que los antiguos
pobladores usaban como imagen de la Diosa.
Hay un fenómeno natural, ocasional
pero fantástico y digno de ver, asociado a esta divinidad y
precisamente a las costas malagueñas. No siempre, pero algunos años,
llegan hasta las costas millares de pequeños animales, como
luciérnagas marinas, que hacen brillar el mar de manera que las
antiguas gentes debieron suponer que se trataba de alguna señal de
la Diosa. Se trata de la Noctiluca Scintillans o Chispa de mar.
Según los antiguos historiadores
existían al menos tres enclaves muy importantes en Iberia donde la
veneracióna Malac Noctiluca era de especial relevancia. Estos eran
Málaga, lo que hoy sería la aldea de El Rocío en Huelva y
Villaricos, en Almería.
Noctiluca, La que Resplandece, Divina
Luz Nocturna que guías nuestros caminos, Gran Madre a la que
adoramos a través de la Luna y de sus fases, te damos gracias por
organizar los ciclos vitales, los agrarios y las mareas, por romper
la oscuridad e inundarnos con tu Luz.
Como veis, da igual los siglos que
pasen, seguimos adorando a nuestras diosas.