domingo, 25 de octubre de 2015

Noctiluca, La Resplandeciente.

    GA, la Madre Tierra, Diosa Fecunda y dadora de vida. Ya sabemos que a lo largo y ancho de
nuestro Mediterraneo ha tenido muchos nombres (Gea, Hékate, Isis, Ishtar, etc) y diversas formas de culto. Hoy os queremos hablar de una advocación muy particular, ya que se trata de una diosa tartesio-íbera con gran aceptación a través del tiempo y de los pueblos que llegaron hasta nuestras costas.

     Decía Rufo Festo Avieno, poeta latino: "Allí, frente a la ciudad hay una isla de dominio de los Tartesos, consagrada desde antiguo a Noctiluca". Se trataba de Málaga, ciudad mediterránea y pescadora donde las haya. Su nombre originario era Malaka, en honor a la Diosa Malac Noctiluca, Malac, La Luz Nocturna. Era esta una Diosa de amplia devoción entre los tartesos, a la que veneraban con rituales propios de las divinidades lunares. Uno de estos rituales, repetido en muchos de los antiguos pueblos costeros de nuestra Iberia, consistía en portar la imagen de la Diosa en procesión hasta llegar al mar e introducirla en él, para que bendijera las aguas. Este tipo de creencia y de ritualidad tenía tanto arraigo en el fervor popular por la Diosa que el cristianismo no pudo eliminarlo, teniendo que conformarse con hacerlo suyo como las procesiones y bendición de la Virgen del Carmen, que se celebran todos los años con gran devoción en las costas españolas.

     Allí, en Malaka, existe aún la cueva-santuario en la que se rendía culto a Noctiluca, llamada hoy Cueva del Tesoro, en el Paseo Marítimo del Rincón de la Victoria. Dentro de la cueva todavía perdura el betilo que los antiguos pobladores usaban como imagen de la Diosa.

     Hay un fenómeno natural, ocasional pero fantástico y digno de ver, asociado a esta divinidad y precisamente a las costas malagueñas. No siempre, pero algunos años, llegan hasta las costas millares de pequeños animales, como luciérnagas marinas, que hacen brillar el mar de manera que las antiguas gentes debieron suponer que se trataba de alguna señal de la Diosa. Se trata de la Noctiluca Scintillans o Chispa de mar.

     Según los antiguos historiadores existían al menos tres enclaves muy importantes en Iberia donde la veneracióna Malac Noctiluca era de especial relevancia. Estos eran Málaga, lo que hoy sería la aldea de El Rocío en Huelva y Villaricos, en Almería.




     Noctiluca, La que Resplandece, Divina Luz Nocturna que guías nuestros caminos, Gran Madre a la que adoramos a través de la Luna y de sus fases, te damos gracias por organizar los ciclos vitales, los agrarios y las mareas, por romper la oscuridad e inundarnos con tu Luz.

     Como veis, da igual los siglos que pasen, seguimos adorando a nuestras diosas.