jueves, 25 de febrero de 2016

Páteras, elemento litúrgico.



     Las páteras son objetos empleados en diversas litúrgias, incluídas las nuestras, por diferentes culturas alrededor del Mediterraneo y en tiempos muy diversos. Se trata de platos poco profundos que
Pátera de Minerva, del Tesoro de Hildesheim
empleamos para las libaciones rituales, pudiendo estar más o menos adornadas con motivos religiosos o mitológicos.

     Entre las vajillas íberas y celtíberas que ha perdurado hasta nuestros días hay algunos ejemplos destacables por tratarse de piezas de exquisita orfebrería. Es el caso de las páteras de Otañes, Titulcia o Santistéban. Fuera de nuestras fronteras también encontramos destacadas piezas, como por ejemplo la de Renne,  la de Parabiago o la del tesoro de Hildesheim.

     La Pátera de Otañes data de los siglos I a.n.e. al IV, por lo que se trata de una pieza ya perteneciente a la Iberia bajo el dominio romano. Fue encontrada por don Antonio María de Otañes, en el municipio cántabro del mismo nombre, allá por los últimos años del
Pátera de Otañes
siglo XVII. Se trata de una pieza elaborada en plata y oro de aproximadamente 21 cm. De diámetro y apenas 2,5 de profundidad. Adornada con seis bajorrelieves que representan otras tantas escenas relacionadas con el Salus Umeritana, apareciendo en su parte superior una Diosa o ninfa flanqueada por dos árboles, vertiendo agua. Las otras cinco escenas representan momentos relacionados con el uso y transporte del agua. Esta hermosa obra de arte, considerada patrimonio de la Comunidad Autónoma, no es visitable, ya que pertenece a la familia del descubridor.

     La Pátera de Titulcia, también llamada la Medusa de Titulcia, es una obra carpetana de plata y oro que representa en su parte central un animal de rasgos felinos, pero con el cabello de serpientes. De ahí el
Pátera de Titulcia
nombre de Medusa de Titulcia. Los arqueólogos e historiadores creen que esta representación tendría un carácter apotropaico (protector). Mide aproximadamente unos 18 cm de diámetro y pertenece a la época del íbero-helenístico. Fue hallada en 2009 por el arqueólogo don Ángel Rollano en el yacimiento de “El Cerrón”, en la madrileña localidad de Titulcia. Actualmente se expone en el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, en Alcalá de Henares.

     La más conocida de las páteras de nuestra península sea sin duda la de Santistéban, por su rica ornamentación. Es la que usamos como enseña en nuestra organización religiosa, por tratarse de una pieza que combina claramente religiosidad, mitología y cultura íbera, aunque bien se podían haber usado cualquiera de las otras. También
Pátera de Santisteban
conocida como la Pátera de Perotito, se trata de una pieza datada en el primer milenio antes de nuestra era, hallada en la localidad jienense de Santisteban del Puerto. Se trata de una pieza de orfebrería de unos 17 cm de diámetro y casi 3 cm de profundidad. En el umbo central se halla representada una cabeza de lobo que mantiene entre las fauces una cabeza humana. A su alrededor se sitúan dos frisos, uno interior con escenas de caza y uno exterior, separado del primero con una línea ornamentada, representando una serie de nueve centauros que portan instrumentos musicales. Este rica pieza de orfebre íbero se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.




     Sea cual sea su origen, queda clara la importancia que tienen las páteras como utensilios litúrgicos a la hora de llevar a cabo rituales íberos. La libación es una parte importante de nuestras litúrgias, tanto, que nuestros antepasados dedicaron ingentes horas de trabajo e imaginación para crear obras dignas de su uso en los rituales que dedicamos a nuestros Dioses.



AiTn BiEA