martes, 13 de septiembre de 2016

Equinoccio otoñal 2016



El 22 de Septiembre celebramos el Equinoccio de Otoño.


           
Los equinoccios son esos días del ius anual en el que día y noche tienen la misma duración. Marcan el paso de una estación a otra. Este cambio de estación se produce porque el Sol se sitúa en paralelo con el ecuador de la Tierra con dirección al hemisferio sur. Es lo que se conoce como equinoccio de otoño o equinoccio de
septiembre. La nueva posición adquirida por el Sol con respecto a la Tierra provoca que los rayos solares incidan en el globo terrestre de manera perpendicular y genere un día con las mismas horas de luz que de oscuridad. De hecho, la palabra equinoccio proviene del término latín «aequinoctium» que significa «noche igual». 


            A partir de aquí, nuestro Dios Bal (B) va perdiendo fuerza y calor, puesto que nos alejamos de él y además la pérdida de horas de su luz se hace patente a una media tres minutos diarios. El otoño es la transición hacia el invierno.


            Esta parte del ius lleva aparejada una serie de cambios en la naturaleza que son necesarios para mantener el equilibrio en la misma. La vegetación comienza a teñirse de tonos ocres y vemos como los árboles caducifolios pierden sus hojas. Muchos animales hibernan y la mayoría reducen al mínimo su actividad, otros aprovechan la última cosecha y los últimos frutos para abastecerse de alimento antes de los fríos invernales. Los humanos también nos vemos afectados por esta estación. Es la estación en la que más enfermamos debido a que nuestro sistema inmunológico se resiente ante el nuevo clima y propicia el contagio de enfermedades y virus como el resfriado o la fiebre común. Además, los humanos tendemos a deprimirnos con mayor facilidad. 


El Trastorno Afectivo Estacional (TAE) produce unos cambios psicosomáticos en nuestro organismo según avanza el otoño. Mal humor, perdida de interés por las cosas, problemas de concentración, dificultad a la hora de dormir o, incluso, pérdida del apetito sexual son algunos de los indicadores de este trastorno. El TAE es más frecuente en países con menos horas de luz al día, por fortuna, vivimos en la Península Ibérica y nuestras horas de luz son muchísimas más que en el resto de Europa.


Las características de nuestro estío nos hacen llegar al otoño con elevadas temperaturas, además, el calor retenido en la tierra durante los meses de más estío en conjunción con las suaves temperaturas de las zonas costeras, hacen que nuestros otoños sean épocas idóneas para celebraciones al aire libre. De hecho, toda nuestra geografía se llena de verbenas y fiestas populares en la calle, como pasacalles, romerías y procesiones.


Cuenta nuestra mitología, en una de sus versiones, que nuestro Más Alto Dios, BAL (Bl), comienza a debilitarse hasta llegar a su Muerte y Resurrección en el solsticio de invierno (Advenimiento de BAL). Ataecina (aTeHna), su hija, va en pos de su padre y se sumerge en el inframundo, del que no saldrá hasta que Bl retorne con fuerza y vigor en el equinoccio de primavera. Esto sume a su madre (y nuestra) T maRr en una profunda tristeza que le hace entrar en su fase de Diosa del invierno (Diosa VTQn, también oracular y sanadora), deteniendo la fertilidad de los campos. Es el momento en el que el Dios Bokon (XGn) hace madurar los frutos de las vides para ofrecernos sus productos, que nos ayudaran a pasar el invierno. El Gran Dios Candamio (KnTMio)recorre las tierras de Iberia a lomos del Equino Sagrado, mostrando su temible poder.


            Para nosotros, los íberos, el otoño es época de festejar la abundancia de T maRr, la recogida de la cosecha de XGn y celebrar junto a la familia, amigos y comunidad. También es época de planificar en lo personal, tanto en nuestra vida cotidiana como en la espiritual. Hemos de prepararnos para el invierno, aprovechando el cambio estacional para reflexionar sobre cuestiones importantes, tomar decisiones que nos afectarán durante los próximos meses y planificar la consecución de nuestros objetivos. Es el momento adecuado para recolectar las semillas que plantaremos el próximo año y de cosechar las hierbas necesarias para los rituales de invierno, aceites, inciensos, etc. Obviamente, entrando ya en los meses regidos por la Diosa VTQn, también es momento para los oráculos y preocuparnos un poquito más de nuestra salud.



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